El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) lanzó este miércoles 3 de diciembre la operación antinmigrante denominada “Catahoula Crunch” en Nueva Orleans, como parte de un creciente despliegue de fuerzas federales en ciudades gobernadas por demócratas.
Pese a que la dependencia no detalló qué agencias intervendrán en el operativo, medios locales reportaron la próxima llegada de elementos de la Patrulla Fronteriza. Un despliegue similar al ocurrido el pasado mes de octubre en Carolina del Norte, donde autoridades detuvieron a 200 migrantes durante la operación “Charlotte’s Web”.
En un comunicado, el DHS informó que el nuevo operativo en la mayor ciudad de Luisiana se concentrará en la detención de migrantes con historial criminal, acompañando el anuncio con imágenes de personas originarias de México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Jordania y Vietnam, quienes presuntamente quedaron en libertad debido a las denominadas “políticas santuario”.
“Las políticas santuario ponen en peligro a las comunidades estadounidenses al liberar a extranjeros criminales y forzar a los agentes del DHS a arriesgar sus vidas para remover a extranjeros criminales ilegales a los que nunca debieron haber vuelto a soltar a las calles”, afirmó Tricia McLaughlin, subsecretaria del DHS.
El despliegue federal ha generado inquietud en un estado donde, según datos del American Immigration Council, residen cerca de 223,000 migrantes, entre los cuales casi una quinta parte proviene de Honduras y alrededor de una octava parte de México.
Tras el anuncio, restaurantes y negocios latinos en Nueva Orleans anunciaron cierres temporales por temor a que empleados o clientes puedan ser detenidos durante las redadas. Además, activistas han cuestionado que los operativos realmente se centren en personas migrantes con antecedentes penales, señalando posibles inconsistencias y abusos.
“Lamento profundamente y me enoja lo que amigos, parejas y todos en Nueva Orleans verán de cerca, ya que esta crueldad y este caos se infligen a personas que merecen dignidad, y en muchos casos, simplemente un proceso para regularizar su situación. Hay una mejor manera”, expresó en la red social X Todd Schulte, presidente de la organización FWD.