El presidente Andrés Manuel López Obrador, en compañía de la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, encabezó la ceremonia de Repatriación y Memoria del Revolucionario Catarino Garza Rodríguez en Matamoros, Tamaulipas, tierra natal del revolucionario, donde también se colocaron sus restos, traídos de Bocas del Toro, Panamá.
Este 23 de septiembre, durante su último discurso en Tamaulipas, López Obrador destacó la importancia del revolucionario y señaló que su perfil ha sido estudiado más en Estados Unidos que en México.
Por su parte, la Presidenta electa explicó la importancia de reconocer a las figuras históricas, recordando lo hecho durante la actual administración en el caso del Pueblo Yaqui, ya que apuntó que “el no reconocimiento de héroes y heroínas que dieron su vida en contra del autoritarismo, el entreguismo y por los derechos inalienables de un pueblo, se vuelve un ancla en el desarrollo de los pueblos”.
Catarino Garza Rodríguez fue un destacado revolucionario mexicano, conocido por su papel en la Revolución Mexicana y su lucha por la justicia social en el norte de México. Nació en 1884 en el estado de Tamaulipas y falleció en 1915. Su vida estuvo marcada por la lucha contra la opresión y la injusticia.
Vivió en un periodo de grandes tensiones sociales y políticas en México, donde la desigualdad y la explotación de los campesinos eran comunes. Se unió a los movimientos revolucionarios que buscaban reformar el sistema agrario y ofrecer mejores condiciones de vida a las clases más desfavorecidas.
Garza Rodríguez fue conocido por liderar una guerrilla en el norte de México. Su actividad revolucionaria comenzó a tomar fuerza alrededor de 1910, y se convirtió en un símbolo de resistencia contra el régimen de Porfirio Díaz. Defendió la causa agraria y los derechos de los campesinos, y se destacó por su capacidad para movilizar a las comunidades rurales.
Sus ideales estaban profundamente arraigados en la justicia social y la lucha por los derechos agrarios. Abogó por la reforma agraria y la eliminación de la concentración de tierras en manos de unos pocos. Su enfoque incluía tanto la lucha armada como la organización comunitaria.
A pesar de su muerte en 1915, Catarino Garza dejó un legado importante en la historia de la Revolución Mexicana. Su lucha y sacrificio inspiraron a muchos, y su figura se ha convertido en un símbolo de la resistencia campesina y la búsqueda de justicia social en México.
Garza es recordado no solo como un líder revolucionario, sino también como un defensor de los derechos de los oprimidos, cuyo impacto resuena en la memoria histórica de México.
Apenas el 20 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador detalló, junto a su esposa, la escritora Beatriz Gútierrez Müller, que Catarino Garza Rodríguez fue un revolucionario y luchador internacionalista que “como muchos héroes y heroínas que permanecen en el anonimato, aunque han sido los constructores del México de libertad, justicia e independencia en el que por fortuna y gloria vivimos”.
El presidente López Obrador lo describió como un idealista al que comparó con el “Che” Guevara.
“Catarino Garza Rodríguez un revolucionario un personaje del norte del país nació en Matamoros y ejerció el periodismo y se convirtió en un revolucionario”.
El mandatario explicó que el revolucionario intentó tomar las armas 18 años antes que Francisco I Madero, “cuando el Porfiriato estaba en lo más alto, es decir cuando había más autoritarismo” y detalló que Garza Rodríguez se fugó del país cuando Porfirio Díaz mandó a que “acabaran con él”.
“Catarino decide emprender su odisea y llega a Costa Rica, donde se encuentra con personajes excepcionales que están luchando por la independencia de Cuba, ahí se encuentra con Antonio Maceo, con José Martín. Están también en Costa Rica los defensores de que se mantenga integrada la Gran Colombia porque ya había la pretensión de separar a Panamá porque estaba detrás el interés de hacer el Gran Canal.
Entonces Catalino tenía dos opciones: irse con los cubanos para lograr la independencia de Cuba que todavía pertenecía a España o irse con los liberales colombianos y él decide irse a Colombia.
Entonces emprende su marcha hacia Colombia, en una embarcación con 40 guerrilleros, toman el cuartel de Bocas del Toro que pertenecía todavía a Colombia, ahora ya es de Panamá, donde lo asesinan en la toma del cuartel de Bocas del Toro y lo entierran en una fosa común junto con Pereira y tres más de los principales dirigentes (...)
Ahora logramos, después de un tiempo, encontrar la fosa común. Se trajeron los restos, se hizo el análisis y los peritos de la Fiscalía en México descubren los restos de Catarino”, describió el presidente.