La Oficina de Representación Comercial de Estados Unidos dio a conocer la lista de productos chinos de sectores “estratégicos” que tendrán nuevos aranceles por su importación, entre los que destacan los automóviles eléctricos que serán agravados con el 100 por ciento.
Las nuevas medidas entrarán en vigor el próximo 27 de septiembre, entre las que también se incluyen nuevos aranceles a las células solares en 50 por ciento y 25 por ciento sobre acero, aluminio, baterías para vehículos eléctricos (VE) y minerales clave.
La representante de Comercio estadounidense, Katherine Tai, detalló que estas medidas son una respuesta a las políticas y prácticas chinas que afectan negativamente a los trabajadores de Estados Unidos.
Por su parte, China declaró que estas prácticas son “discriminatorias” y violan las normas de la Organización Mundial del Comercio, además, ponen en riesgo y debilitan la estabilidad de la producción mundial y las cadenas de suministro. Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China advirtió que tomarán las medidas necesarias para proteger sus derechos e intereses legítimos.
La imposición de altos aranceles podría implicar el aumento de los precios de los automóviles eléctricos chinos en el mercado estadounidense, lo que hará que sean menos accesibles para los consumidores, y en consecuencia, podría retrasar la adopción de tecnologías limpias en el país.
Por otro lado, con estos nuevos aranceles se espera que las importaciones chinas se reduzcan, lo que podría ayudar a equilibrar el comercio, sin embargo, podría afectar la disponibilidad y variedad de productos en el mercado estadounidense.
Cabe resaltar que algunas empresas automotrices chinas planean abrir fábricas en México con el objetivo de abastecer tanto el mercado mexicano como el latinoamericano. Esto representa una amenaza para la industria automotriz estadounidense, ya que podría facilitar la importación de vehículos a Estados Unidos bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) si cumplen con los requisitos de contenido regional.
Si bien es cierto que Estados Unidos trata de proteger su industria y reducir el déficit comercial con China, estas nuevas medidas arancelarias podrían tener los efectos contrarios, ya que el aumento de los precios y limitar la competencia en el mercado de vehículos eléctricos retrasaría la adopción de energías limpias, y en consecuencia, la competitividad estadounidense en el mercado global de la tecnología.