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6 min Este 18 de marzo celebramos 86 años de la Expropiación Petrolera declarada por el expresidente Lázaro Cárdenas del Río, fecha en la que se nacionalizó toda la industria petrolera del país, la cual era explotada por 17 compañías extranjeras, para convertirse en propiedad de las y los mexicanos.
La expropiación se da tras la constante negativa de estas 17 compañías de mejorar las condiciones laborales de los empleados de la industria.
El decreto del general Lázaro Cárdenas consistió en la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías estaciones de distribución embarcaciones, oleoductos y todos los bienes muebles e inmuebles de las 17 compañías, sus filiales y subsidiarias.
Tras la expropiación, el Estado mexicano tuvo el control sobre la producción y comercialización del petróleo dentro del país, comenzando una etapa de prosperidad en la economía nacional, encabezada por el sector petrolero, y claro, Pemex, la cual fue fundada el 7 de junio de ese mismo año.
El crecimiento del sector fue exponencial tras el decreto, de 1938 a 1946 la producción aumentó de 39 millones a 49 millones de barriles; de 1946 a 1952 la producción diaria pasó de 136 mil barriles diarios hasta los 216 mil, aumentando las reservas en 76% desde la fecha de la expropiación.
En 1970 el sector petrolero sufrió una crisis que significó un aumento en las reservas, exportaciones y producción, dándole a México presencia en el mundo, permitiéndole financiar las políticas de bienestar y mejorando la calidad de vida de las y los mexicanos.
Esto hizo que gran parte de las políticas y las finanzas públicas dependieran del sector, por lo que esto se convirtió en un atractivo para la corrupción.
En 2023, con datos de la paraestatal, la deuda de Pemex es de 105 mil 800 millones de dólares, esto como resultado de los malos manejos durante el periodo neoliberal, sin embargo, esto representa 17.8% menos que en 2018.
Como antecedente, cabe recordar el nombre de Joaquín Hernández Galicia mejor conocido como “La Quina”, quien desde 1958 se mantuvo al frente del sindicato por más de 30 años hasta que en 1989 tuvo varios enfrentamientos con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, a partir de esa fecha, La Quina fue encarcelado y condenado a 30 años de prisión.
Luego del mandato de “La Quina”, el Sindicato estuvo en manos de alguien muy cercano al imputado, Carlos Romero Deschamps, un dirigente conocido como uno de los hombres más influyentes y acaudalados de México, famoso también por su influencia en la política mexicana, considerado como uno de los hombres más corruptos en la vida pública de las instituciones mexicanas e “intocable” por las autoridades.
Romero Deschamps es recordado por sus múltiples indagatorias por presuntos actos de fraude, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, así como por haber fungido como congresista por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El priísta estuvo al frente del Sindicato durante la época más fructífera de Pemex, temporalidad en la que se le acusa de desviar recursos para el partido en el que militaba.
En el 2000 estalló uno de los escándalos más importantes en la historia de la paraestatal, al descubrirse el desvío de recursos de Pemex para la campaña presidencial del priísta Francisco Labastida, caso conocido como el Pemexgate.
Lamentablemente este no es el único, ni el peor, acto de corrupción sonado alrededor de Pemex; durante el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Nueva York, Estados Unidos, un testigo protegido aseguró que las redes de distribución de la paraestatal sirvieron durante años para que el Cártel de Sinaloa traficara drogas por el país.
Esto pone sobre la mesa una teoría: Pemex estuvo siendo saqueada por dos tipos de delincuencia, la de cuello blanco y la organizada.
Durante las últimas décadas Pemex fue utilizada con una doble contabilidad para disfrazar las pérdidas y el profundo saqueo al que fue sujeta por múltiples actores, entre ellos, el exdirector Emilio Lozoya, quien actualmente enfrenta a la justicia por su participación en los escándalos conocidos como el caso Odebrecht y Agronitrogenados.
Odebrecht es indudablemente el caso de corrupción más grande de los últimos años en América Latina, luego de que en 2016 el grupo empresarial del mismo nombre aceptó que otorgó sobornos por 800 millones de dólares en diversos países a cambio de la concesión de grandes obras de infraestructura, entre ellos México.
El caso de nuestro país se remonta al periodo entre 2010 y 2014, cuando funcionarios de Pemex recibieron 10.5 millones de dólares, pese a que al principio no se precisó el nombre de los implicados, las investigaciones en Estados Unidos y Brasil destaparon el nombre de Lozoya como parte de la red de corrupción.
En 2019 la Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo órdenes de aprehensión no solo contra Emilio Lozoya, sino también contra su esposa, hermana, madre y una empresaria más, por lo que el exdirector fue detenido en España en 2020.
Por otro lado, el caso Agronitrogenados implicó a Lozoya de recibir en 2012 casi 3 millones de dólares por parte de Alonso Ancira, director de Altos Hornos de México, para que este favoreciera con contratos a la empresa.
En 2018, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de la República, rescatar Pemex fue uno de los retos principales de su administración y su estrategia fue clara: resolver los problemas financieros erradicando las prácticas de corrupción en su interior.
Las prácticas más comunes eran el “huachicoleo”, o extracción ilícita de combustible, el otorgamiento de contratos de manera directa a socios o amigos, la baja supervisión de los ductos y la mala organización interna.
Este tipo de fenómenos continúan siendo el centro del combate, sin embargo, a 5 años de la toma de protesta de López Obrador, se han registrado avances importantes en la recuperación de la paraestatal.
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) relevó a finales de 2023 que Pemex es un ejemplo destacado del combate a la corrupción emprendido por la administración de López Obrador.
En su “Evaluación nacional de riesgos de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo” presentado por la UIF a finales de 2023, se detalla que actualmente Pemex “realiza acciones, tales como la identificación de indicios de lavado de dinero, la creación de una cultura de integridad en el ciclo de contratación pública, y la difusión de mecanismos institucionales que contribuyan en el establecimiento de una cadena de abastecimiento confiable”.
En este mismo documento se destaca que, durante 2021, se aplicaron 50 sanciones por actos cometidos contra los principios éticos y de conducta establecidos por Pemex, lo que ha permitido “coordinar con las fuerzas armadas la atención de los eventos por alerta, lo que ha contribuido en contener la pérdida volumétrica a causa de extracciones ilícitas de hidrocarburos en los sistemas de transporte por ducto”.
Un dato que permite resaltar el combate a prácticas de corrupción que se ha emprendido durante la actual administración es que durante la administración del expresidente Felipe Calderón el promedio del gasto anual en boletos de avión, teléfono, asesorías, comunicación social, congresos y convenciones ascendió a 26 mil millones de pesos anuales, mientras que durante los últimos 5 años en este rubro únicamente se han gastado 3 mil millones de pesos al año.
Actualmente, la Guardia Nacional custodia de manera más precisa las tomas donde se extraía la mayor parte de los combustibles, combatiendo el fenómeno del huachicoleo, delito que durante la actual administración se ha tipificado como delincuencia organizada de conformidad con la fracción X del artículo 2 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
En 2019 se implementó el Plan Contra el Huachicoleo, el cual, en tan solo dos meses, logró disminuir en 75% el robo de combustible. Incluso el presidente López Obrador declaró que la eficiencia del combate ha ahorrado al Gobierno 307 mil millones de pesos, lo que ha evitado decretar “gasolinazos”.
El combate al huachicol no solo ha impactado directamente las finanzas del país, también ha mejorado las condiciones en materia de seguridad, cabe recordar, que como el presidente López Obrador lo señaló en su reciente entrevista para Canal Red, uno de los momentos más complicados de su administración fue cuando en Tlahuelilpan, Hidalgo, el 18 de enero de 2019, 100 personas perdieron la vida tras la explosión de un ducto como resultado de un acto de huachicoleo.
En promedio, entre 2010 y 2020 se robaban diariamente 74 mil barriles de petróleo, mientras que en octubre de 2023 la desviación promedio por el robo de combustible es de 4 mil 700 barriles diarios.
Un dato que sin duda resalta el combate a la extracción ilícita de combustibles es que, durante la actual administración, Pemex ha ahorrado 155 mil millones de pesos gracias a esta estrategia.
En el último informe presentado por el actual director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, ante la Cámara de Diputados, se expuso los logros de la paraestatal en el combate a la corrupción, evidenciando los avances que ha tenido respecto en su rescate.
El cambio de la forma en la que se administra la paraestatal ha venido dando resultados no solo en el combate al huachicol, sino en otros sectores como la producción y las ganancias que permiten que hoy el país rumbo a la autosuficiencia.
Dentro de los múltiples cambios que se han realizado está la redirección de las inversiones en aguas profundas, las cuales antes se enfocaban únicamente en el norte del país, mientras que actualmente se ha reavivado el sureste, incrementando el número de pozos exploratorios y en la tasa comercial. De hecho, en administraciones anteriores había un 30% de éxito en pozos explorados, mientras que actualmente hay un 40% de éxito.
“En vez de invertir en exploración, en perforación de pozos en el norte, en las aguas profundas donde no hay petróleo o cuesta mucho extraerlo, decidimos orientar toda la inversión al sureste para extraer petróleo en tierra y en aguas someras y esto nos funcionó porque tenemos reservas suficientes. Logramos evitar la caída en la producción de petróleo”, detalló el presidente López Obrador en marzo de 2023.
Los números de Pemex hoy, por primera vez en el siglo, muestran una estabilidad en la mayoría de sus indicadores, durante la actual administración: se ha incrementado la reserva de barriles de petróleo de 7 mil millones a 17.7 mil millones; el 32% de la producción actual viene de los campos que se habilitaron durante los últimos 5 años, siendo este sexenio el que más campos nuevos ha desarrollado con 44; actualmente Pemex abastece un millón de barriles de gasolina diaria para el consumo nacional.
En infraestructura, durante la administración del presidente López Obrador se han construido dos nuevas plataformas, 36 nuevos desarrollos y 42 nuevos ductos, los cuales representan 521 kilómetros.
Al inicio de la administración únicamente dos refinerías se encontraban funcionando, las de Cadereyta y Salamanca, mientras que para 2019, a un año de la llegada a la Presidencia de López Obrador, ya se encontraban operando seis refinerías.
El calificado por especialistas como uno de los mayores aciertos de la administración del presidente López Obrador en el sector petrolero, la Refinería de Deer Park, fue adquirida por el Gobierno de México en 600 millones de dólares, se localiza en Texas, Estados Unidos, y tan solo en 2023 procesó 270 mil barriles diarios de petróleo y 232 mil barriles diarios de gasolina.
Esta producción representó 711 millones de dólares durante 2023 y 954 millones de dólares en 2022.
En noviembre del 2018 nuestro país producía 300 mil barriles entre gasolinas, diésel y turbosina. En 2023 en las seis refinerías y Deer Park se lograron una producción de 600 mil barriles.
Toda esta estrategia ha significado, durante todo el sexenio, un ahorro de 103 mil 180 millones de dólares por reducción de costos para las y los mexicanos.
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