Antonio Guterres, secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), calificó como “un gran fracaso” el sistema financiero global, pues cerca de la mitad de la población mundial vive en países que gastan más en el pago de intereses de su deuda que en educación, salud o alimentos.
En el año 2022 la deuda pública acumuló 92 billones de dólares, los países en desarrollo deben casi el 30% de esa cifra. El estudio “Un mundo de deuda” señala que 52 países, que representan un 40% del mundo en desarrollo, están en “graves problemas de deuda”.
La ONU informó que la deuda pública ha aumentado más rápidamente en los países en desarrollo que en los países industrializados durante la última década, por lo que el incremento en el mundo en desarrollo se ha debido principalmente a las crecientes necesidades de financiamiento para el desarrollo, exacerbadas por la pandemia de COVID-19, la crisis del costo de vida y el cambio climático, y por fuentes alternativas limitadas de financiamiento.
Lo que propone la Organización de las Naciones Unidas es una serie de medidas urgentes que incluyen un mecanismo de reestructuración de deuda que aboga por la suspensión de pagos, cabe señalar que países como Colombia han presentado alternativas enfocadas al combate del cambio climático.
En este sentido, la ONU insta a la comunidad internacional a una ampliación masiva del financiamiento asequible a largo plazo, lo que orientaría al sistema financiero a transformar la forma en la que funcionan los bancos multilaterales de desarrollo, enfocándolos al servicio incluyente que apoye el desarrollo sostenible.
“La desigualdad está incrustada en la arquitectura financiera internacional y eso debe terminar”, concluye el estudio.