La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó una nueva sentencia contra el responsable del feminicidio de Sandra Camacho, ocurrido en 2013, que deberá considerar agravantes que antes fueron omitidas, así como narrar los hechos de manera no revictimizante.
Inicialmente, Javier Méndez Ovalle (“el asesino de Tlatelolco”) recibió una pena de 50 años de prisión y fue condenado a la reparación del daño material y moral. En desacuerdo con esta decisión, los padres de la víctima promovieron un tercer juicio de amparo en el que argumentaron que el Tribunal de Apelación ignoró considerar dos agravantes de género: el abuso sexual y la relación de confianza generada en redes sociales entre Sandra, de 17 años, y su agresor.
En su resolución, aprobada por unanimidad de votos, la SCJN ordenó al Poder Judicial local dejar sin efectos la sentencia anterior y emitir una nueva que podría alcanzar la pena máxima de 60 años de prisión. Además, la nueva sentencia deberá narrar “los hechos con perspectiva de género y sensibilidad y evitando incluir consideraciones que puedan revictimizar a la adolescente o a sus familiares o sugerir, directa o indirectamente, que tuvo alguna responsabilidad en los actos de violencia perpetrados en su contra".
Asimismo, el fallo de la SCJN también establece que las autoridades correspondientes deberán emprender acciones “para evitar la difusión de información, imágenes, datos o referencias que atenten contra la honra, imagen y reputación de la víctima”.