La universidad de Harvard presentó una demanda formal ante la Corte Federal de Estados Unidos para evitar que el Gobierno de ese país congele 2 mil 200 millones de dólares y otros mil millones adicionales, luego de que el presidente, Donald Trump, amenazara con retirar el dinero a la escuela por haberse negado con "acabar" con el antisemitismo en el campus.
A través de una carta firmada por las máximas autoridades de Harvard, encabezadas por el presidente de la universidad, Alan Garber, el colegio dio a conocer que ante las amenazas de la administración de Donald Trump para retirar 9 mil millones dólares de fondos a las investigaciones, la universidad decidió tomar una acción legal, ya que, dijo que los cambios impulsados por el Gobierno “están desvinculados de la ley”.
En un comunicado, Harvard escribió que “la Universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, y añadió que “ningún gobierno, independientemente del partido en el poder, debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden desarrollar”.
En su comunicado, el presidente Garber dijo que su misiva fue una respuesta a la carta enviada el viernes 18 de abril, por la noche, por la administración Trump, en la que se detallaban las exigencias que Harvard tenía que cumplir para mantener su financiación del Gobierno federal.
Garber detalló que estas exigencias incluyen “auditorías de programas y departamentos académicos, junto con las opiniones de estudiantes, profesores y personal, y cambios en la estructura de gobierno y las prácticas de contratación de la Universidad”.
Además, el presidente Garber explicó que de los nueve mil millones de dólares que el Gobierno está revisando, 256 millones de dólares corresponden al apoyo de investigación de Harvard, además de 8 mil 700 millones de dólares corresponden a compromisos futuros con la Universidad y varios hospitales de renombre, entre ellos el Hospital General de Massachusetts, el Instituto Oncológico Dana-Farber y el Hospital Infantil de Boston.
Cabe señalar que el lunes 14 de abril, la administración Trump anunció que planeaba congelar 2 mil 200 millones de dólares en subvenciones y 60 millones de dólares en contratos que tenía Harvard.
La administración de Donald Trump ha cuestionado la gestión de la universidad de Harvard por las protestas estudiantiles relacionadas con la guerra de Gaza. Por lo que, acusó al colegio de “no proteger adecuadamente a los estudiantes judíos en el campus contra la discriminación y el acoso antisemitas”, en violación del Título VI de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Sin embargo, Garber enfatizó que Harvard “mantiene su compromiso con la lucha contra el antisemitismo”, incluyendo una serie de medidas implementadas en el campus durante los últimos 15 meses.
Además, Garber afirmó que la Universidad ha acatado la decisión de la Corte Suprema que puso fin a las admisiones basadas en criterios raciales y ha trabajado para ampliar la diversidad intelectual y de opiniones en Harvard.
En la carta enviada a Harvard por el Gobierno estadounidense, Trump había solicitado amplias reformas gubernamentales y de liderazgo en la universidad, así como cambios en sus políticas de admisión. También exigió que la universidad auditara las opiniones sobre la diversidad en el campus y dejara de reconocer algunos clubes estudiantiles.
Por lo que en su comunicado, Garber, a nombre de Harvard, dijo "ningún gobierno debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir.
Las medidas anunciadas contra Harvard son, hasta el momento, las más severas que ha impuesto Trump a las instituciones educativas.
En la lista están Cornell, con 1.000 millones de dólares, Northwestern, con 750 millones, y Brown, con otros 500 millones. Para la Universidad de Columbia, en Nueva York, la sanción es de 400 millones de dólares por "su pasividad ante el persistente acoso a los estudiantes judíos", y en el caso de la Universidad de Pensilvania podría prescindir de 175 millones de dólares por la inclusión de una atleta transgénero en su equipo de natación.
El efecto a corto y medio plazo podría significar el final de programas de investigación para asuntos tan variados como el Parkinson, la robótica, el cáncer o la nanotecnología, explicó Garber.