Tras la dimisión de António Costa como primer ministro socialista, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousase, se reunió durante cuatro horas con el Consejo de Estado y sus 17 miembros, para finalmente, a las 21:00 horas, anunciar la disolución de la Asamblea y convocar a las urnas para el próximo 10 de marzo de 2024.
Rebelo de Sousa recibió a representantes de partidos con representación en el parlamento, tal como lo determina la Constitución, ya que el mandatario podía optar por disolver el parlamento y convocar elecciones o invitar a algún dirigente a formar gobierno. Tras las últimas elecciones legislativas, en enero de 2022, Marcelo Rebelo advirtió que una eventual caída de Antonio Costa implicaría la disolución del Parlamento.
Las principales formaciones de la oposición, de izquierda y de derecha, se pronunciaron a favor de convocar a elecciones. Los socialistas preferían designar a un nuevo primer ministro para dirigir un Gobierno apoyado por la mayoría absoluta de la que disponen en el parlamento.
En el Partido Socialista de Portugal, en el poder desde 2015, el mejor posicionado como candidato es el actual ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos. El partido indicó que, en caso de ir a las urnas, preferiría que fuera en marzo, para tener tiempo de encontrar a un sucesor.
Casi el 70% de los votantes portugueses quieren elecciones anticipadas tras la abrupta dimisión del primer ministro socialista, de acuerdo con una encuesta publicada ayer por los medios portugueses.
António Costa presentó su dimisión luego de haber sido acusado de “malversación, corrupción activa y pasiva de titulares de cargos políticos y tráfico de influencia” en la atribución de concesiones para la extracción de litio y la producción de hidrógeno verde, aunque él niega las acusaciones.
El jefe de gabinete de António Costa, Vítor Escária, guardaba en su despacho 75 mil 800 euros escondidos en cajas de vino, los cuales ya fueron incautados por las autoridades.
Un diario portugués publicó que la Fiscalía grabó al menos 12 conversaciones telefónicas que podrían incriminarlo en el trato de favor a la empresa Start Campus, conocido como "Operación Influencer".