El Club Barcelona se encuentra inmerso en un nuevo escándalo después de que la cadena SER de Cataluña diera a conocer una investigación por parte de la justicia española contra el equipo por el delito de corrupción entre particulares. La investigación reveló contratos por un valor de 1.4 millones de euros entre los blaugranas y José María Enríquez Negreira, exárbitro catalán y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol entre los años 2016, 2017 y 2018, situación que podría costarles es descenso o, inclusive, la permanencia en La Liga.
Según el informe, los contratos entre la empresa DASNIL 95 SL, propiedad de Enríquez, y el Barcelona, fueron por conceptos de "asesoramiento técnico". Sin embargo, el informe indica que el Barcelona buscaba asegurarse de que no se tomaran decisiones arbitrales en su contra, es decir, que todo fuera neutral. El Barcelona asegura que la relación laboral existió y que los informes están archivados en las oficinas del club a disposición de cualquier autoridad que los requiera. A pesar de ello, Albert Soler, exdirector deportivo del club, y Óscar Grau, expresidente del equipo, fueron llamados a declarar, y según el informe de la Agencia Tributaria, no pudieron presentar algún documento que demostrara dicha relación comercial, pese a que los pagos sí fueron realizados.
El escándalo habría salido a la luz cuando la empresa del exárbitro buscó desgravar dichos pagos y no pudo demostrar su procedencia. Además, la empresa DASNIL 95 no pudo entregar al fisco español alguna prueba de que los servicios por los que presuntamente fue contratada fueron realizados. La justificación de Enríquez fue que sus asesorías eran de manera verbal y presencial, sobre cómo se debían comportar los jugadores frente a un árbitro y sobre las infracciones marcadas en el encuentro.
También se sabe que el hijo de José María Enríquez, Javier Enríquez Romero, realizaba cursos de superación personal a los árbitros de La Liga Española e incluso daba terapia personal a varios de ellos. El exfutbolista y exanalista del Comité Técnico de Árbitros también fue "colaborador externo del F.C. Barcelona", información que es pública en su sitio web.
Durante los años en los que el club catalán realizó los pagos, se coronó dos veces con el título de primera división de España. Además, coincidentemente, fue en un periodo de dos años en el que no recibieron penales en contra. En dichos periodos se suman también incontables jugadas polémicas que fueron sancionadas con decisiones que beneficiaron al Barcelona, incluso varias que habrían influido en marcadores que ayudaron a que el equipo resultara campeón.
Si se demuestra que el Barcelona cometió un delito de corrupción, el artículo 76 del Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol establece que "serán sancionados con la pena de suspensión de seis meses a tres años y multa del duplo al quíntuplo del importe de las cantidades recibidas o prometidas, así como con la pérdida de hasta diez puntos, la exclusión de la competición o la obligación de descender de categoría, aquellos que sobornen o intenten sobornar a deportistas, árbitros, jueces o directivos deportivos para obtener un resultado o influir en el mismo".
Sin embargo, es importante destacar que el proceso de investigación y sanción dependerá de las pruebas presentadas y del proceso legal que se lleve a cabo.
Más allá del resultado de la investigación que demuestre si el Barcelona es o no culpable de algún delito, el hecho de pagar por servicios a un funcionario del Comité de Arbitraje parece una práctica de ética cuestionable y un suceso que puede dar una idea de que el equipo fue beneficiado por quienes deberían impartir justicia en el fútbol, un deporte que cada día está más susceptible a este tipo de escándalos y que este tipo de prácticas son más comunes de lo que se piensa en el mundo del fútbol. A pesar de que este escándalo ha salido a la luz y se está investigando, quizás existan otros casos similares que nunca serán descubiertos. Esto puede llevar a los aficionados a cuestionar la integridad de los resultados deportivos, ya que no siempre se puede estar seguro de que los partidos se están jugando de manera justa y que el mejor equipo es el que gana. La corrupción en el fútbol es un problema que debe ser abordado con seriedad para garantizar la transparencia y la equidad en el deporte.