Cumple 80 años el Museo del Castillo de Chapultepec

El Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, celebra el 80 aniversario de su apertura este 27 de septiembre de 2024.

A lo largo de ocho décadas, este recinto ha sido testigo de múltiples hitos culturales e históricos que conforman, hasta el día de hoy, el ideario mexicano. Un ejemplo de ello, es el resguardo que hicieron del Castillo los seis cadetes del Colegio Militar mejor conocidos como los Niños Héroes el 13 de septiembre de 1847. 

Este recinto se distingue por albergar  importantes piezas de la historia artística y cultural de México, como por ejemplo, el mural “La fusión de dos culturas”, realizado por Jorge González Camarena. Esta obra “representa el nacimiento de la cultura mexicana como producto del choque de dos culturas distintas [...] La patria mexicana estará construida por el resultado de estas dos cosmovisiones”. 

Como parte de la celebración de estas 8 décadas de conservación, cuidado, recuperación y exhibición en el Museo, se llevó a cabo el conversatorio “80 aniversario del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec. 

El doble camino del símbolo y la memoria”, el pasado jueves 8 de agosto. El evento estuvo a cargo de Jaqueline Gutiérrez, la jefa del Departamento de Difusión del Museo, y participaron Salvador Rueda Smithers, director general del MNH; Erandi Rubio Huertas, subdirectora técnica; Asgard Torres Esperanza, subdirector administrativo; Thalia Montes Resinas, curadora del área de Tecnología y Armas; Amparo Gómez Tepexicuapan, curadora del Área de Documentos Históricos y Banderas; María Hernández, responsable del área de curaduría de Indumentaria; María Elia Botello Miranda, coordinadora del Taller de Restauración y Alejandro Francisco Ramírez Avalos, el responsable del Depósito de Colecciones. 

Salvador Rueda Smithers, director del Museo, destacó que en el Castillo de Chapultepec residen “casi 100 mil piezas de valor artístico e histórico que se despliegan cronológicamente del siglo XV al siglo XXI”. Asimismo, declaró que “el Museo es un misterio interminable y su labor, de largo aliento, es la custodia, los depósitos son su corazón [...] Hemos dado formas al tiempo para usar la afortunada frase de George Kubler: "lo que fuera construcción del rostro mexicano singular, se desdobló –a lo largo de estos 80 años– en los rostros mexicanos en plural”. 

Este evento permitió destacar la tarea realizada “tras bambalinas” para llevar a cabo las exhibiciones. Con respecto a esto, Rubio Huertas señaló que hay una gran labor detrás de cada exposición, de los servicios educativos que ofrecen, del diseño museográfico y de todo lo que involucra una exhibición.

Por su parte, Ramírez Ávalos destacó los avances tecnológicos en materia de conservación, embalaje y traslado de las piezas. 

PEQUEÑO RECUENTO HISTÓRICO

La creación de este recinto se remonta a marzo de 1825, cuando el primer presidente de México, Guadalupe Victoria, decretó la creación del primer Museo Nacional Mexicano y se instaló en un salón de la Universidad Nacional y Pontificia.

Para la conformación de las primeras colecciones, una de Historia Natural y otra de Historia de México, se reunieron donaciones de agentes particulares que poseían tanto rocas, conchas, madera y semillas de diversos lugares del país como piezas arqueológicas encontradas en el centro del país y en Veracruz así como códices y manuscritos en lenguas indígenas, mapas y crónicas coloniales.  En 1831, el museo dividió sus colecciones en tres: Antigüedades, Historia Natural y Jardín Botánico y Productos de la Industria.

Para 1865, el emperador Maximiliano ordenó la creación del Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia, después de que en los primeros años de vida independiente del país que le impedían al Museo Nacional funcionar de manera estable. Éste nuevo museo tomó como sede la Casa de la Moneda y dispuso de tres departamentos: Historia Natural, Arqueología e Historia y Biblioteca. Con la caída del imperio en 1867, el museo cambió su nombre y se convirtió en el Museo Nacional y se ampliaron tanto los catálogos como las colecciones. 

En la época del porfiriato, las piezas correspondientes a la historia natural fueron trasladadas a un nuevo recinto en la calle del Chopo y el museo volvió a cambiar su nombre y se llamó Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. 

Ya entrado el siglo XX, el presidente Lázaro Cárdenas inauguró el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y designó al Castillo de Chapultepec como patrimonio de la nación. 

De 1941 a 1944 se remodelaron las instalaciones y, tras el trabajo correspondiente de restauración y adaptación, el presidente Miguel Ávila Camacho inauguró el Museo Nacional de Historia el 27 de septiembre de 1944, que para entonces contaba con 30 salas. 

Al día de hoy, el museo resguarda sus piezas en las curadurías: Arqueología, Numismática, Indumentaria y Accesorios, Armas y Tecnología, Documentos históricos y Banderas, Pintura y Escultura y Mobiliario y Enseres domésticos y se exponen en 12 salas de exposición permanente y 22 salas del área del Alcázar.