Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa y durante años considerado un narco intocable, nunca había pisado la cárcel. Ismael Mario Zambada García nació el 1 de enero de 1948 y, junto con sus 4 hermanos, Vicente, Jesús Reinaldo, Ana María y Águeda, tuvo una infancia llena de carencias. Desde muy joven, comenzó a trabajar como campesino y lavacoches.
Su cuñado de origen cubano, Antonio Cruz, fue quien lo introdujo al mundo del narcotráfico. Antonio, un expolicía del régimen de Fidel Castro, emigró a Miami, en Estados Unidos, y comenzó a traficar heroína. Tras salir de prisión, viajó a México y se casó con Ana María, hermana de “El Mayo”. Antonio apoyó económicamente a la familia Zambada García y le enseñó el camino del narcotráfico, cuando apenas tenía 20 años.
La carrera criminal de Antonio Cruz llegó a su fin en 1978, cuando fue capturado tras llevar una vida de lujos. De esto aprendió Ismael Zambada, quien siempre se manejó con un perfil bajo. Aunque quizás con menos poder, se codeó con importantes figuras del narco como Pedro Avilés, Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo, Rafael Caro Quintero y Juan José Esparragoza.
Creció criminalmente junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán y Héctor “El Güero” Palma. Fue un gran amigo de Amado Carrillo Fuentes y sus hermanos Vicente y Rodolfo. También fue compadre de los Arellano Félix, hasta que una deuda de 20 millones de dólares que “El Mayo” les debía como porcentaje por utilizar su plaza y cruzar droga por Tijuana los enemistó y terminó apoyando al “Chapo” y al “Güero” en su guerra contra Benjamín y Ramón Arellano Félix.
“El Chapo” fue detenido tres veces; en 1993, en 2014 y en 2016. Por su parte “El Güero” fue capturado en 1995 y extraditado en 2007 a Estados Unidos. Con ellos fuera de la jugada, Ismael “El Mayo” Zambada se convirtió en el amo y señor del Cártel de Sinaloa, siempre apoyado por los Carrillo Fuentes y los Beltrán Leyva. Protegido por presidentes municipales, gobernadores y fuerzas federales. Además, contaba con el apoyo de los habitantes de las zonas donde operaba. Se dice que en los pueblos donde llegaba se formaban largas filas para recibir su ayuda económica.
El 18 de enero de 2001, Joaquín “El Chapo” Guzmán se escapó del penal de Puente Grande. Después de su fuga, Guzmán Loera y los líderes del Cártel de Sinaloa se empeñaron en sacar a los Arellano Félix de la jugada, pues luego de la muerte de Amado Carrillo, “El Señor de los Cielos”, los líderes del Cártel de Tijuana se quedaron como los dueños de la plaza.
En 2002, Ramón Arellano Félix llegó al Carnaval de Mazatlán con el objetivo de matar a Ismael Zambada, también conocido como “El Señor del Sombrero”. Ramón salió a bordo de un “vocho” blanco con un par de pistoleros y circulaban en sentido contrario a la multitud, por lo que algunos agentes ministeriales los encararon. Los uniformados fueron atacados y repelieron la agresión. Aunque el cuerpo de Ramón Arellano Félix quedó en el asfalto, las autoridades no pudieron confirmar su identidad hasta un mes después, ya que en el momento de su muerte portaba una identificación de Jorge López Pérez, un supuesto agente de la Procuraduría General de la República (PGR). Después se supo que no era un agente, sino “El Colores”, Ramón Arellano Félix, quien siempre se disfrazaba de policía.
El supuesto ‘pitazo’ de que Ismael Zambada estaría en el carnaval de Mazatlán en realidad fue una trampa de sus enemigos, “El Mayo” y “El Chapo”. Casi un mes después de la muerte de Ramón, su hermano Benjamín Arellano Félix fue capturado en Puebla.
Ramón fue el más sanguinario de los Arellano Félix. “El Chapo” se enfrascó en una guerra con ellos, cuando la tarde del 24 de mayo de 1993, casi lo mataron en el Aeropuerto de Guadalajara, en donde se desató una balacera en la que falleció el cardenal Jesús Posadas Ocampo.
Aunque muchos colocaban a “El Chapo” como el máximo líder del cártel, otros dicen que “El Mayo” era quien mandaba desde las sombras, prefiriendo un perfil bajo. En 2010, Ismael Zambada García concedió una entrevista al periodista Julio Scherer. Habló sobre su familia, su vida criminal, y cómo eventualmente caería preso o muerto y sería sustituido por alguien más grande. También confesó que el gran golpe que lo sacudió fue la detención de su primogénito Vicente “El Vicentillo” Zambada Niebla, ocurrido el 19 de marzo de 2009 y después extraditado a Estados Unidos. Actualmente está libre después de colaborar con las autoridades estadounidenses en varios casos, entre ellos como testigo clave en contra de su compadre “El Chapo” Guzmán, quien fue sentenciado a cadena perpetua.
A sus 76 años de edad, Ismael “El Mayo” Zambada era el máximo líder del Cártel de Sinaloa y uno de los principales objetivos criminales del Gobierno de Estados Unidos, por quien, hasta este 25 de julio, se ofrecían 15 millones de dólares por su captura.