Medios internacionales señalaron que el expresidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, consiguió un permiso de residencia en España que habría obtenido gracias al apoyo del expresidente de ese país, José María Aznar, y a un mes de que el secretario de Seguridad durante su sexenio, Genaro García Luna, acusado de asociarse con el crimen organizado para traficar drogas durante tres sexenios, se le enjuicie en la corte de Estados Unidos.
El periódico El País señaló que Felipe Calderón fue contratado como académico en el Instituto Atlántico de Gobierno (IAG), institución fundada por el expresidente Aznar en julio de 2014 donde coincidirá con el exmandatario mexicano Ernesto Zedillo, quien forma parte del Consejo Académico del Instituto junto a Mario Vargas Llosa y Enrique Krauze. Dicha contratación facilitó el cambio de residencia del exmandatario mexicano, quien se suma a la lista de expresidentes que se trasladan a España a vivir tras terminar su periodo gubernamental.
El exmandatario Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) solicitó recientemente su residencia española, utilizando un procedimiento habilitado por el Gobierno de ese país para los descendientes de los judíos expulsados de España en 1492, también conocidos como sefardíes, sin necesidad de que renuncien a su nacionalidad anterior. Salinas de Gortari declaró para el diario El País que sus motivaciones eran meramente “genealógicas y afectivas”, por lo que inició el procedimiento de nacionalización como muchos otros connacionales.
Sin embargo, dicho proceso coincide con las recientes acusaciones en contra de su hijo Emiliano Salinas, a quien se le asocia con la secta sexual NXIVM como presunto cómplice del líder de la organización, Keith Ranieri, quien supuestamente obligaba a mujeres, a través de un sistema piramidal, a mantener relaciones sexuales con él y las marcaba en la piel como si fueran de su propiedad, por lo que el líder fue condenado a 120 años de prisión en 2019 por convertir a mujeres en esclavas sexuales y por pornografía infantil. La organización se jactaba de “empoderar a la gente a través de principios humanitarios”, las indagaciones revelaron que en realidad se trataba de una red internacional de tráfico sexual donde presuntamente colaboró el hijo de Salinas de Gortari al dirigir los Programas de Éxito Ejecutivo (ESP, por su siglas en inglés) en México y por supuestamente defender con cuentas falsas a la secta de quienes denunciaban al líder y a la propia organización.
Por su parte, el expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) arribó a España a través de una “Visa Dorada”, documento que expide ese país para grandes inversores con activos españoles de al menos un millón de euros o proyectos empresariales e inmuebles con un valor de al menos 500 mil euros. Su cambio de residencia coincide con las investigaciones durante su administración por casos de corrupción en el caso de la constructora Odebrecht, triangulación de recursos operada por el extitular de PEMEX, Emilio Lozoya, quien fue detenido y extraditado desde España en febrero de 2020.
A esta investigación se añade la detención de quien fuera su procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, durante la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014. Caso cuyas irregularidades durante la investigación llevaron a crear la “Verdad Histórica” con vicios que fueron evidenciados por la actual administración.
Para diversos exfuncionarios España ha servido como nicho tras finalizar sus funciones en México. El caso de Felipe Calderón coincide con las investigaciones, interrogatorios y audiencias en contra de Genaro García Luna, quien durante el sexenio calderonista fue secretario de Seguridad y es acusado de armar una red con diversas asociaciones y organizaciones delictivas para traficar narcóticos en México y Estados Unidos, así como para proteger ciertos cárteles durante la llamada “Guerra contra el narcotráfico”.