La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha catalogado a la ruta fronteriza del mediterráneo como la más letal para los migrantes con 28 mil 260 fallecidos en la última década.
El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, creado en 2014, tiene como objetivo contabilizar las desapariciones de migrantes para así mejorar el nivel de seguridad que se tiene en las rutas fronterizas, siendo la del mediterráneo la de más riesgo en el mundo.
Las personas migrantes que utilizan la ruta migratoria del mediterráneo salen del puerto de Libia con destino a la isla de Lampedusa y Malta para escapar de la inestabilidad política que sufren en su país, ya que Libia actualmente está dividido en dos gobiernos paralelos: uno designado por el Parlamento en Trípoli y liderado por Fathi Bashagha, primer ministro interino del Gobierno de Estabilidad Nacional o de Acuerdo Nacional; y el otro que es respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y liderado por el primer ministro Abdelamid Dabieba, quien encabeza el Gobierno de Unidad Nacional, lo que le da inseguridad a los pobladores de esta región que deciden migrar en busca de nuevas oportunidades de vida.
El transporte que realizan los migrantes hacia su nuevo destino lo realizan en embarcaciones conocidas como “pateras” o “cayucos”, los cuales son botes sin cubierta, de madera o de neumático, que se utilizan para pescar en zonas poco profundas, por lo cual no están preparadas para navegar por un mar que puede alcanzar más de 5 mil metros de profundidad.
Generalmente, estas embarcaciones son altamente inestables, lo cual pone en riesgo la seguridad de los migrantes libios.
De acuerdo con datos del Proyecto de Migrantes Desaparecidos, el 14 de junio de 2023, a pocos kilómetros de la costa de Kalamata, Grecia, 84 personas fueron halladas muertas, y se estima que 512 todavía permanecen desaparecidas.
Aunado a esto, las personas migrantes también tienen que lidiar con los traficantes, de acuerdo con datos concedidos de la Europol e Interpol al Proyecto de Migrantes Desaparecidos en 2019, más del 90% de las personas que migran ha pagado a traficantes para intentar llegar a Europa, y se calcula que los ingresos por esta actividad delictiva superaron los 200 millones de euros.