La Suprema Corte de Estados Unidos frenó de manera indefinida la aplicación de la ley SB4, a tan solo unas horas de que se cumpliera el plazo para que entrara en vigor. La legislación permitía que la Policía de Texas detenga a migrantes que cruzan de manera irregular por la frontera, únicamente basándose en su apariencia.
Por su parte, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), celebró la decisión, y señaló que la ley SB4 “criminaliza la estancia de las personas documentadas en Texas”.
“La SRE rechaza cualquier iniciativa que criminalice la migración, la separación de familias, la discriminación o el perfilamiento racial que atenta contra los derechos humanos de las personas. La Secretaría de Relaciones Exteriores continuará velando por la protección consular de las y los mexicanos en donde quiera que se encuentren”, señaló la cancillería.
De igual forma, la titular de la SRE, Alicia Bárcena, celebró la decisión, sostuvo que los migrantes “no están solos”.
Especialistas en migración han definido esta ley como “una de las más severas que ha sido aprobada a nivel estatal”.
Esta legislación facultaba a las autoridades locales y estatales realizar tareas que eran exclusivas del Gobierno Federal en materia de deportación y detención de migrantes.
Bajo esta ley, los agentes pueden detener a “personas sospechosas de haber ingresado ilegalmente al país”, a un radio de 50 millas de la frontera sur, y una vez que estas personas han sido detenidas, y en caso de comprobar su ingreso ilegal, los migrantes serían enviados a los puertos de entrada a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, aún no siendo ciudadanos mexicanos.
Por su parte, el gobernador de Texas, Gregg Abbott, aseguró que esta ley “fue adoptada para abordar la crisis en la frontera sur, que perjudica a los texanos más que a nadie”.