Tras meses de negociaciones diplomáticas y bajo los constantes bombardeos en la Franja de Gaza, la familia Abed arribó este 24 de mayo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde se reencontraron con Shadi Abed, el hijo mayor. Son los primeros refugiados palestinos que llegan a México como resultado de un esfuerzo legal, humanitario y diplomático.
El grupo, conformado por 18 personas, entre ellas nueve infancias, fue recibido tras una compleja gestión encabezada por Shadi, palestinomexicano, quien retomó la lucha de su padre, Kamal Abed, fallecido en marzo de 2024 por un infarto mientras realizaba trámites migratorios en Egipto para lograr la reunificación familiar.
“Es un logro colectivo, no sólo de nuestro colectivo, sino de la sociedad mexicana que apoyó. No hay palabras para expresar esta gratitud y que se lograra salvar a 18 vidas”, señaló Gabriela Bejarano, integrante del colectivo “De Gaza a México”.
Shadi contó con el respaldo del colectivo y de la Clínica Jurídica para Personas Refugiadas “Alaíde Foppa” de la Universidad Iberoamericana. Inicialmente, 15 miembros de la familia obtuvieron el permiso de reunificación familiar, pero tres mujeres fueron excluidas. Ante ello, se promovió un amparo de revisión contra la resolución de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que finalmente accedió a incluirlas.
La Comar otorgó el estatus de refugiados a los 18 integrantes, mientras que el Instituto Nacional de Migración (INM) les concedió la residencia permanente y visas humanitarias.
La etapa más compleja fue la negociación con el gobierno de Israel, que debía autorizar la salida de la familia desde Gaza. “Fue la parte más álgida, ya no dependía del colectivo ni de la Clínica Jurídica, ni siquiera del Gobierno mexicano, sino casi exclusivamente del gobierno de Israel. Ahí, el Gobierno de México tuvo un papel activo al negociar de Estado a Estado”, explicó Bejarano.
La familia fue evacuada desde el campo de refugiados de Al-Magazhi hasta el cruce fronterizo de Kerem Shalom. Posteriormente fue trasladada por tierra a Amán, Jordania, y de ahí en avión a Estambul, Turquía, antes de llegar finalmente a México.
El calvario de los Abed es el reflejo de lo que enfrentan más de millón y medio de personas en Gaza, donde persiste el bloqueo humanitario y 14 mil niños están en riesgo de morir por hambruna.
Para la familia Abed, salir de Gaza marca el inicio de una nueva vida. Para México, representa un acto de solidaridad y la reafirmación de su vocación humanitaria y como referente en las negociaciones diplomáticas.