Insólitas protestas en China contra su gobierno

El fin de semana pasado se registraron una serie de protestas en varias ciudades de China, producto del cansancio de los ciudadanos chinos por las estrictas medidas sanitarias de su gobierno para tratar de mantener cero contagios de COVID 19 en su territorio. 

Lo que incendió la pradera de la protesta fue un incendio que ocurrió el jueves pasado en un bloque de departamentos en Urumqi, capital de la región autónoma de Xinjiang. Como consecuencia de las medidas de confinamiento, la región se encontraba con filtros de acceso, lo cual dificultó el acceso de las autoridades para arribar al incendio y sofocarlo. Esto provocó la indignación de la sociedad china, quien salió a las calles a protestar cansada de las medidas sanitarias.

Periodistas extranjeros reportaron que hubo manifestaciones en Shanghai el sábado en la noche y el domingo. Los ciudadanos chinos corearon consignas pidiendo libertad, el fin de las medidas de confinamiento e incluso la renuncia de Xi Jiping, presidente de la República Popular China. Las manifestaciones se han replicado en Pekín, Wuhan, Chongqing, Zhejiang y Sichuan.

Durante los últimos tres años, el gobierno chino ha tenido un gran control de la población con el fin de mantener a raya la propagación del virus SARS-COV2. Una de esas medidas ha sido limitar la movilidad de la población a partir de barreras físicas entre diversas zonas de la ciudad, la prohibición de viajar al extranjero, el confinamiento obligatorio en domicilios particulares y la realización de pruebas constantes de PCR. 

Ciertamente, en estos momentos China experimenta un aumento importante en el número de contagios de COVID19. La nación que sorprendió en su momento por su control sanitario, hoy tiene el mayor número de contagios registrados desde que comenzó la pandemia. De acuerdo con las cifras de las autoridades de salud chinas, el sábado se registraron 307 mil 802 casos sintomáticos de COVID19 en territorio chino y 39 mil 791 nuevas infecciones ese mismo día. 

Pese a este aumento en el número de contagios, la población parece cansada de mantener las medidas sanitarias y ha decidido salir a protestar por lo que consideran un abuso. Las diez muertes registradas en Urumqi este fin de semana no son las únicas que se han atribuido al confinamiento sanitario, son varios los escándalos que se han acumulado en los últimos meses por estas razones.

El 19 de septiembre pasado, 27 personas fallecieron en un autobús al ser trasladadas a un centro de confinamiento; en abril, un cierre repentino dejó sin alimentos a gente en Shanghai y provocó protestas virtuales, y sobre todo la muerte de un niño de 3 años ocurrida a inicios de mes porque sus padres no pudieron llevarlo al hospital por las restricciones de movilidad. 

Todo esto ha detonado el descontento de segmentos de la población china que se han decidido a tomar las calles e incluso exigir la renuncia de sus autoridades, algo insólito. Por ahora, los medios dentro de China no han hecho eco de las protestas, y en cambio han replicado las muestras de apoyo a las medidas de confinamiento dictadas por el gobierno chino. Mientras que las autoridades han empezado a desplegar las fuerzas policiacas en varias zonas urbanas. Además, han detenido a dos periodistas extranjeros que cubrían las protestas.