A dos años de la muerte de Maradona

En pleno arranque del mundial de Qatar, este 25 de noviembre se conmemoran dos años de la muerte del astro argentino, Diego Armando Maradona, quien pereció a causa de una falla en el corazón. El “D10s”, como se le conocía popularmente, y quien siempre será recordado por hacer el gol del siglo y la memorable “Mano de Dios” en la final del mundial de México 86 frente a Inglaterra.

Como jugador, Maradona maravilló al mundo con su habilidad para regatear y burlar rivales, además de tener un pase privilegiado que hacía lucir a sus compañeros de juego y gran capacidad de hacer recorridos largos con el balón. 

Con su peculiar estilo jugó en Boca Juniors en Argentina, en el Barcelona de España, en Newell's Boys en Inglaterra y en Sevilla de nuevo en España, aunque sin duda donde vivió sus mejores momentos fue en el Napoli de Italia, donde incluso nombraron su estadio con el nombre de Maradona tras su muerte. 

Pero la influencia de Diego Armando Maradona no se limita a su papel dentro de las canchas. A diferencia de la mayoría de los jugadores de futbol, Maradona fue polémico porque no temía expresar sus opiniones políticas, incluso en contra de la FIFA. Así lo hizo desde el mundial de 1986, celebrado en México, cuando criticó la decisión de la Federación de Futbol de poner los partidos a mediodía porque eran los horarios que convenían a las televisoras europeas, aunque no fuera lo mejor para los jugadores: “al mediodía el clima es infernal para realizar cualquier tipo de esfuerzos, y entonces los equipos no van a estar en su máximo nivel. No vamos a jugar en condiciones ideales”. 

En el mundial de 1990, en Italia, Maradona fue todavía más crítico con la FIFA. En esa ocasión, incluso insinuó que el sorteo para definir los partidos. “Todo está manipulado”, declaró el 10 argentino después de un partido amistoso. Cuatro años después, en el mundial de 1994, la FIFA vetó a Maradona por salir positivo en un examen antidoping por consumir sustancias ilegales. En ese momento, Maradona negó todo “No me drogué. Me cortaron las piernas”, declaró Maradona en aquella ocasión.

Una vez retirado del futbol, Maradona arreció en sus críticas a la FIFA. Como en 2011 cuando declaró que “la FIFA es un museo lleno de dinosaurios que no quieren abandonar el poder”. En 2014 salió en la defensa de Luis Suárez, quien fue sancionado con cuatro meses de inactividad por haber mordido a un rival. En esa ocasión, Maradona dijo que claro que merecía una sanción Suárez, pero esta era exagerada, no había que “cortar la carrera a un muchacho que se la está ganando [...] No exageren, no se hagan los moralistas”, declaró Maradona en su icónico programa “De Zurda” que se transmitía en Telesur. 

En 2015, Maradona intentó tomar las riendas de la FIFA y ganar la votación para reemplazar  a Joseph Blatter: “Los contratos de la FIFA son de corrupción y por eso quiero llegar, Blatter no es nadie, porque para él no existe el fútbol. Es como las ratas, porque entra en cualquier lugar del mundo. El deporte más lindo está dirigido por un freezer, por una heladera que no sabe lo que es el corazón de la gente”. En esa elección ganó Gianni Infantino, quien actualmente continúa como dirigente de la FIFA. 

Además de su activismo contra la FIFA, Maradona también fue cercano a las luchas y a los gobiernos de izquierda: “Soy de izquierda, todo de izquierda, de pies, de fe, de cabeza. Pero no en el sentido que ustedes le dan en Europa al término político. Soy de izquierda en el sentido de que soy para Alfonsín, para el progreso de mi país, para mejorar el tenor de la vida de la gente pobre, para que todos tengamos paz y libertad”, declaró en los noventa.

Maradona fue amigo cercano de líderes como Fidel Castro, a quien consideraba “un padre” y “el más grande de la historia”; de Cristina Fernández de Kichner y Alberto Fernández, “soy y seré siempre peronista”, declaró el diez argentino; de Lula da Silva, con quien siempre fue cercano; Evo Morales, a quien respaldó activamente en 2019, y de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, presidentes de Venezuela, a quienes siempre defendió de “imperialismo” y las sanciones económicas que vivió el país.