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Peso paja vs peso completo

Por Rashid Pérez de la Peña

Después de las elecciones del 5 de junio, salieron los presidentes del PRI, Alejandro Moreno, del PAN, Marko Cortés y del PRD, Jesús Zambrano, festejando que ganaron porque no perdieron todo. Es decir, festejaron que gobernaban en seis gubernaturas y se quedaron con tan solo dos. Después de su gran “victoria”, en diversas conferencias de prensa dijeron una y otra vez que, por mantener dos gubernaturas, había tiro para el 2024 con el partido guinda.

De que va a haber tiro, creo que va a haber tiro, así lo demandan las democracias. La situación aquí −considero yo− es si será un tiro equitativo; no lo creo. Las razones son las siguientes:

El instituto revolucionario ha sido el partido que más gubernaturas ha perdido en tan pocos años. En los tiempos de Peña Nieto tenían prácticamente todo el país, actualmente y después de perder bastiones importantes como son Oaxaca e Hidalgo, podríamos decir que está en la lona, pues apenas y mantiene el dominio en dos estados, igual que Movimiento Ciudadano; tanto así se achicado el partido del viejo régimen. Otro factor que no ayuda es la tan ya desgastada figura de Alejandro Moreno, pues ha salido muy raspado y marcado con las grabaciones de los martes del jaguar. El próximo año tendrán elecciones donde disputarán Coahuila y Estado de México (Edomex), los que saben −no yo− dicen que hay mucha posibilidad de que pierdan el Edomex frente a Morena.

El Partido de Manuel Gómez Morín solo es aquella ilusión de lo que fue el PAN; pues actualmente la falta de identidad de sus dirigentes, quienes han pactado con sus contrarios ideológicos, lo ha desdibujado del escenario político conservador puritano. Actores políticos como el homofóbico Gabriel Cuadri, Vicente Fox, Felipe Calderón, el mismo Marco Cortés y Santiago Creel no ayudan mucho, unos hacen campañas de desprestigio y otros mencionan el desprestigio de sus aliados como en un video hizo ver Creel con el PRI.

El Partido de la Revolución Democrática no es ni partido y mucho menos democrática, pues actualmente ha perdido todo tipo de fuerza, carece de fuerza en las Cámaras, no tiene base militante y todo indica que perderá registro en cuatro de seis entidades del reciente proceso electoral. Muy caro le salió al PRD su alianza con el PRI y el PAN; cuando firmaron el pacto por México, firmaron el inicio de su decadencia.

En el 2018 el obradorismo tiró el viejo régimen con un nocaut; lamentablemente, en casi cuatro años de gobierno de la Cuarta Transformación, no se ha construido una oposición digna que pueda representar una pelea digna y limpia en contra de Morena. De que va a haber tiro, tiene que, pero el proyecto de nación resulta ser un peso completo frente a una oposición amorfa y débil, que apenas y llegará a ser peso paja.