La renovación interna de morena rumbo al 2024

El pasado domingo 12 de junio, en un acto que convoco a la y los principales aspirantes de Morena a la candidatura presidencial en el 2024, la dirigencia del partido anunció la emisión inmediata de la convocatoria para la renovación de sus órganos dirección, tanto a nivel estatal como nacional, con la excepción de la presidencia nacional y la secretaría general, encargos que fueron conferidos por el Instituto Nacional Electoral hasta 2023. 

Esta convocatoria llega después de 7 años del último proceso efectivo de renovación (con el intermedio de un proceso desaseado e irregular en 2019 que fue invalidado por el tribunal electoral) y en la que se ha planteado que toda la ciudadanía que pretenda participar lo pueda hacer con el único requisito de tener vigente su credencial de elector y llenar un formato de afiliación o reafiliación para entregar el mismo día de la votación, es decir, no solo se renueva la dirección del partido sino también, con este ejercicio, se actualizará el padrón de afiliados. 

Esta apertura total de Morena, llevará a un escenario de disputa de movilización entre las distintas fuerzas locales y nacionales, tanto las históricas como las que se han venido sumando, con miras al 2024, dónde seguramente se involucrarán no solamente l@s aspirantes presidenciales que asistieron a Toluca, sino también quienes no estuvieron presentes, como es el caso de Ricardo Monreal o algunos otros. Y aunque en el partido se haga especial énfasis en dejar atrás las viejas prácticas de compra o coacción del voto, no serán pocos, quienes, en su ambición desmedida, hagan uso de estos instrumentos para pretender garantizar un resultado, aunque, y afortunadamente, en contraposición a estas tácticas propias del Priismo ya caduco, también veremos seguramente un proceso de organización y movilización consciente de la militancia del movimiento para disputar la representación institucional en sus localidades y distritos. Será, pues, una confrontación entre movilización de base y la movilización corporativa, cuyo resultado dará lugar a una nueva configuración política en lo congresos, consejos, la dirección nacional y las 32 direcciones estatales del partido.  

Pero en lo que se tiene que reflexionar, sobre todo a los que aspiran a participar en este proceso, es que la renovación interna se da en un momento histórico y político transcendental, no solo por la incidencia en la coyuntura político-electoral venidera, sino fundamentalmente por que su tarea será la de darle dirección y sentido a las actividades partidistas después de que Andrés Manuel López Obrador terminé su mandato como Presidente de la República. Se ocupará de un partido con vitalidad organizativa y claridad ideológica  para asegurar la continuidad y profundización del proyecto de transformación, pues es evidente que el  liderazgo histórico de quien hoy conduce los destinos del país no podrá ser suplantado por ninguna individualidad, y la exigencia histórica que tendrá el movimiento será entonces la de constituir a Morena realmente en el instrumento y  cuerpo político que represente, organice, amplíe y movilice esa voluntad colectiva identificada con el Obradorismo  y la Cuarta Transformación de México.

Ahí reside, considero, el tema central de esta renovación interna en Morena, el futuro del país está permanentemente en disputa, y ante los cambiones y relevos venideros, el fortalecimiento del partido será definitoria para no perder el rumbo y garantizar la consolidación del nuevo orden social e institucional por el que la izquierda históricamente ha luchado.