Del Día de Acción Global por el aborto, los 8 años de Ayotzinapa y los paros en la UNAM

“Ayotzinapa: ni perdón ni olvido”, “Todos somos Ayotzinapa”, “Ayotzi vive”, “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “Nos faltan 43 y no se olvida ni se olvidará nunca su ausencia” son algunas de las muchas emblemáticas frases que hemos escuchado en estos días. Sobre todo, en el pasado 26 de septiembre, ya que se conmemoraron 8 años de la desaparición de 43 jóvenes normalistas en Ayotzinapa, Guerrero. A la fecha, son más incógnitas que respuestas las que pasan por nuestra mente día con día.

Estos días son emblemáticos para todas las facultades y espacios para el crecimiento humano como lo son las universidades y escuelas. Aún recuerdo las manifestaciones artísticas realizadas con gran destreza por la comunidad estudiantil de la Escuela Nacional de Arte Teatral junto con otras instituciones del Centro Nacional de las Artes como la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” y la Escuela Superior de Música. Más de una vez hubo estudiantes detenidos arbitrariamente por los policías que debían procurar por su bienestar y no arrestarlos. 

A los 14 años fui testigo de la gran pasión que une a miles de jóvenes cuando se busca un genuino cambio en pro de un mejor futuro. Lamentablemente, también los jóvenes caemos en la desesperanza, depresión y ansiedad al ver que la corrupción, el tráfico de influencias, el nepotismo junto con los apellidos de siempre, predominan nuestra vida pública y la consolidación de un mejor porvenir.

A lo largo de esta movida semana, hemos sido testigos también de grandes movilizaciones feministas en el marco del “Día Internacional por la Despenalización del aborto”. Este día, nos invita como sociedad a cuestionar nuestros estereotipos, nuestros estigmas y cómo, de forma directa o no, fomentamos la violencia en razón de género.

En el caso de algunos centros universitarios y escuelas preparatorias, los paros por el octavo año de desaparición de los 43 estudiantes llegaron a la brevedad. En el caso de la Escuela Nacional Preparatoria No.8 de la UNAM, el alumnado recordó a los normalistas pasando lista con sus nombres completos y montando cerca de 60 sillas en el patio como una forma de protesta. Algunas sillas tienen los nombres completos de los desaparecidos con flores y velas, mientras que otras sólo están enumeradas. La sensación de vacío y de nostalgia es evidente. 

 También, este paro ha propiciado la gestión de espacios para visibilizar la lucha por una institución libre de violencia, de discriminación y de cualquier otro tipo de segregación. Los tendederos físicos y virtuales con los testimonios del estudiantado inundan los pasillos y acompañan a su vez, los creativos grafitis que forman parte de una lucha artística en contra de un sistema educativo adultocentrista y ajeno a las necesidades de las juventudes.

Esperamos que se pueda llegar a un diálogo efectivo entre las autoridades de las escuelas de la UNAM y su alumnado con el fin de (realmente) proponer medios alternativos de solución de controversias y de prevención. Es momento de ser una juventud de acción y no sólo de discursos.