A poco más de seis meses de finalizado el ejercicio de parlamento abierto que se llevó a cabo para la Reforma Constitucional en Materia Eléctrica, es momento de evaluar los argumentos esgrimidos contra los resultados en el mundo real. A los que participamos en favor de la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, se nos tachó de ignorantes, de no entender el mundo ni la economía.
Como recordaremos, la Reforma Constitucional fue desechada en la Cámara de diputados, al no conseguir los votos equivalentes a las 2/3 partes de los diputados presentes. La Reforma proponía modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unido Mexicanos así como modificaciones contenidas en los transitorios del decreto. Es esta columna veremos 4 (de muchos más) temas en donde la oposición tuvo tremendos errores que el tiempo se ha encargado de demostrar. (¿Fué únicamente desconocimiento?)
La Unión Europea, de la mano de su presidente, Ursula Von der Leyen, acaba de anunciar una política industrial para asegurarse el suministro de metales esenciales así como de la cadena productiva para su procesamiento y fabricación de tecnología “verde”. Algo muy parecido a lo contenido en el artículo transitorio quinto del decreto.
3. El cambio en los criterios de despacho de energía.La propuesta de Reforma sostenia que el despacho debía de hacerse con base en costos unitarios totales no con costos marginales. Como funciona el mercado eléctrico mexicano es con lo que se conoce como “mecanismo de marginación” y “despacho de mérito”. Esto quiere decir que todo lo que se compra en el mercado se compra acomodando de menor a mayor costo marginal, y a todas las generadoras se les paga el costo de la generadora más cara necesaria para cubrir la demanda. La teoría fundamentalista y la oposición, argumentaron que como las energías VRE tiene costo marginal casi zero, este mecanismo generaba una “carrera a la inovación” y generaría todos los incentivos correctos para acelerar la transición energética, así como para reducir emisiones. Dentro de poco todos tendremos energía limpia y casi gratis, decían. Era el mejor mecanismo y de hecho el único que podía garantizar a largo plazo la transición energética.
Yo en lo particular siempre sostuve que esto era falso. Dije que este mecanismo generaba barreras a la transición, incentivaba a la especulación y dependía de que hubiera siempre energía fósil en el mix para mantener la rentabilidad de los proyectos VRE. Me dijeron que mi análisis era erroneo. Recientemente la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), publicó un estudio en dónde dice justamente eso, y dice que lo mejor para lograr una transición es hacer contratos de largo plazo. Dichos contratos, siempre se hacen con base en los costos unitarios totales. Nada de esto era sorpresa porque desde 2017, el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de USA, (NREL) publicó un estudio en donde cuestionaba seriamente la viabilidad de este mecanismo.
4. La Soberanía (independencia) energética como un elemento en la seguridad energética. Ha quedado más que claro que depender de la buena voluntad de un tercero para el suministro de energía es una pésima idea. El caso Alemán lo demuestra. Los contratos comerciales no ofrecen ningún tipo de seguridad en una crisis, que es cuando más se necesita energía. La discusión en todo el mundo se ha tornado hacia como lograr la independencia energética. Para muestra, lo dicho por la Asociación Nacional de Reguladores de Servicios Públicos de USA (NARUC) en su estudio sobre el rol de la energía nuclear para lograr la “independencia energética” igual que la congresista Elaine Luria , o la Secretaria de Energía Granholm. Lo mismo comenta el Reino Unido al presentar su plan de energía nuclear. El plan de la UE RePOWER EU se evalúa en los think tanks desde esa perspectiva. Hasta un posible pre candidato a la presidencia de la oposición, uso el concepto en sus artículos para describir la situación europea.
El dictamen es claro. La oposición erró en todos y cada uno de los argumentos utilizados para votar en contra de la Reforma Constitucional Eléctrica. Ya sea por desconocimiento o por dejarse guiar por fundamentalistas. ¿Cuándo será momento de llevar a cabo los cambios necesarios? ¿Tendremos que esperar hasta que suframos un colapso industrial y económico como el Alemán? Ojalá y no.