El hoyo: una película sobre la complejidad humana

Disponemos de un amplio número de ejemplos para darnos cuenta de lo complejo que somos los seres humanos, pasando por la ciencia, la filosofía, la biología, y, por su puesto, el arte.

Esta complejidad se refleja en nuestras relaciones sociales y cómo nos hemos organizado y ceñido a estructuras sociales: jerarquías.

Una de las novelas que retrata esta situación es El señor de las moscas, donde podemos ver de manera trágica, cómo unos niños que quedaron varados en una isla, con la pureza y la simplicidad que representan estas criaturas, crean un sistema jerárquico con figuras de autoridad: un niño que toma el papel de líder, otro de la moralidad, y otros que obedecen a este pequeño sistema ya creado en la supuesta inocencia de unos niños.

Si hablamos de El hoyo, la cinta nos pone frente a nuestros ojos, cómo es que la humanidad ha llegado al punto de crear una estructura tan cerrada que no llegamos ni siquiera a entenderla del todo, como sucede en la película, que retrata cómo 

los seres humanos crean estructuras, que muchas veces, limitan en lugar de expandirnos, que nosotros mismos nos complicamos al tener creencias cada vez más cerradas, cómo creamos barreras y nos limitamos a roles que incentivan la desigualdad.

Se trata de una cinta española que retrata cómo Goreng, el protagonista, entra a una especie de cárcel en donde cada celda está situada en un piso de esta estructura. En cada una de las celdas se encuentran solamente dos personas y les es suministrada comida suficiente para todos los pisos del sistema llamado “el hoyo”, pero a su vez se desconoce cuántos pisos existen. 

La forma en que sobreviven estos habitantes, es que les llega comida desde una plataforma que se queda un minuto en cada nivel. Y lo que vemos es que en el nivel 48, donde cae por primera vez el protagonista, a pesar de que su compañero le dice que es un nivel privilegiado, nos damos cuenta de la escasez de comida, cuando en teoría debería alcanzar para todos los niveles.

Esta gran metáfora nos alude, por su puesto, a los niveles sociales, hablamos de estructura vertical en la que unos están arriba y otros abajo. Los que están arriba gozan de todos los privilegios y comida en abundancia, mientras los que están abajo ya no les llega nada.

La forma más sencilla para resolver este problema es tener la consciencia de solo tomar el plato que le corresponde a cada uno. Sin embargo, a las personas que tienen el privilegio no les importa y toman toda la comida de forma salvaje, cuando ellos mismos saben que en un mes puede ser que no tengan ni una migaja para alimentarse.

Esta complejidad social no solo se ve a mayor escala, sino también se ve cuando conviven las 2 personas que habitan cada celda. 

Tenemos un factor clave: el miedo, siempre atemoriza que el más grande o el más fuerte se coma al débil y es así cuando vemos que Trimagasi, el primer compañero de celda del protagonista amarra a Goreng para matarlo, no es sólo el hambre lo que le impulsa a someterlo para matarlo y comérselo. Es un acto de canibalismo impulsado por el miedo a que Goreng, quien es más joven, lo mate y se lo coma. Y aquí también podemos ver que por más que se lleven bien y hayan logrado tener una relación de compañerismo, sale a relucir el refrán que dice que cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana.

Hay una hostilidad y una desconfianza natural en los personajes. Hay intentos de confianza en el sistema, como la recepcionista que supone que los demás habitantes van a actuar por solidaridad. Sin embargo, son intentos fallidos, la palabra no vale tanto como la fuerza. Es cuando Goreng somete y amenaza a los pisos de abajo, y solo así logra que no consuman más alimentos de los que les corresponden.

El protagonista se mantiene con una esperanza de cambio. Sin embargo, el trasfondo metafórico de la cinta nos hace ver que por más intentos que se hagan, el sistema no tiene un fondo, pues nunca encuentra el último piso. 

El final podría causar más intriga que toda la película. El director Galder Gaztelu admitió en una entrevista, que deliberadamente decidió dejar un final abierto a interpretación y creo que esto sucedió porque aún no existe un héroe que salve a la humanidad de sí misma.