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  • 22 Jan 2024
  • 10:01
  • SPR Informa 6 min

A cien años de la muerte de Lenin: 5 ideas para conocerlo

El 21 de enero se cumplen cien años de la muerte de Vladímir Ilích Uliánov, mejor conocido como Lenin, militante, intelectual y líder de la Revolución Bolchevique de octubre de 1917 en Rusia y constructor de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), quien falleció a la edad de 53 años en 1924, producto de un infarto cerebral. 

Además de dirigir el movimiento de los bolcheviques, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (que después sería bajo el mando de Lenin el Partido Comunista Bolchevique), firmar la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial y gobernar los primeros años la naciente URSS por tres años, Lenin fue un intelectual marxista que escribió más de veinte obras en las que elaboró un corpus teórico y práctico de acción revolucionaria, doctrina que se conoce como marxismo-leninismo

Estas son algunas de sus ideas que han hecho que el líder bolchevique mantenga su vigencia durante cien años.

Autodeterminación de los pueblos

En 1914, Lenin publicó El derecho de las naciones a la autodeterminaciónobra en la que defiende que la cuestión nacional –esto es, la identificación de un pueblo con un territorio y una lengua– puede ser de gran utilidad para los fines revolucionarios y se debe luchar por el derecho de los pueblos a la autodeterminación. 

En el proceso revolucionario ruso, Lenin vislumbró como posibles aliados a todos los enemigos del zarismo, incluyendo a países que estaban subyugados al imperio de Nicolás II. De ahí comprendió la importancia del sentimiento nacional en los procesos revolucionarios que, además, se enlazaban con el antimperialismo.

Antiimperialismo

En 1916, Lenin publicó El imperialismo, fase superior del capitalismo, obra en la que elaboró que el desarrollo del capitalismo mundial evolucionaba hacia la repartición de territorios y países extranjeros por parte de Estados imperialistas, los cuales a su vez respondían a las burguesías nacionales que habían construido monopolios en sus países.

En este sentido, el desarrollo del capitalismo llevaría a la guerra entre potencias por la repartición del mundo. Por ello, Lenin interpretó la Primera Guerra Mundial como una lucha entre potencias mundiales, manejadas por sus burguesías nacionales, por la repartición de colonias. De ahí que la lucha antiimperialista fuera una de las banderas más importantes que debería enarbolar el marxismo para la lucha revolucionaria. 

El antiimperialismo fue una bandera apropiada por movimientos guerrilleros de todo el mundo, desde Vietnam hasta la Revolución Cubana, que sustentaron sus luchas contra potencias en las ideas de Lenin. 

El partido como instrumento de la revolución

En el libro ¿Qué hacer? de 1902, Lenin sostuvo que el principal instrumento para llevar a cabo la revolución es el partido político, que debe estar conformado por “revolucionarios de profesión” que se encarguen de organizar políticamente a las masas proletarias y campesinas. 

Para que suceda una situación revolucionaria, argumenta Lenin, no solo basta con una situación de injusticia u opresión, sino que es necesario que un partido político aporte a la conciencia de las masas y organice políticamente el descontento para generar una situación revolucionaria. El partido debe ser la vanguardia del movimiento revolucionario.

“Para un marxista, un partido revolucionario es, en primer lugar, programa, métodos, ideas y tradiciones, y sólo en segundo lugar, una organización y un aparato (que sin duda tienen su importancia) para llevar estas ideas a amplias capas de los trabajadores” (La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo)

La teoría revolucionaria 

En la misma obra de ¿Qué hacer?, Lenin sostiene “sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario” en sintonía con lo planteado por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. Para Lenin, era deber de las vanguardias revolucionarias tener una sólida formación teórica, para no caer en estrategias de corto plazo o erróneas que desvíen un movimiento. 

Particularmente, la formación teórica sería una cura ante el “espontaneismo” –que refería a acciones sociales no organizadas que mostraran el descontento de las clases populares”.

La importancia del campesinado

El marxismo clásico consideraba que el proletario era el principal sujeto revolucionario. Lenin se mantuvo en esa línea, pero destacó la alianza del campesinado en situaciones revolucionarias, particularmente en ciertas etapas históricas. 

La importancia del campesinado sería retomada en la experiencia de la Revolución China, encabezada por Mao Tse Tung, y en experiencias de otros países periféricos como Vietnam y Perú, entre otros.